HISTORIA
El incienso o sahumerio (del latín incensum, participio de incendere, 'encender') es una preparación de resinas aromáticas vegetales, a las que a menudo se añaden aceites esenciales de origen animal o vegetal, de forma que al arder desprenda un humo. Desde tiempos antiguos, el perfume es utilizado como tributo a los dioses. Las primeras civilizaciones creían que las deidades estaban compuestas por aire y fuego -lo que las diferenciaba de los humanos-, y a modo de ofrenda comenzaron a buscar plantas y otros materiales para quemar y utilizar en rituales religiosos.
El sahumado como rito de adoración a los dioses fue incorporado en la civilización egipcia y posteriormente se introdujo en el ceremonial judío y en la religión cristiana.
Budistas e hinduistas utilizan sahumerios para colocar a los pies de las imágenes que veneran. Y no sólo lo hacen como ofrenda a los dioses, sino también como acercamiento del alma humana, por similitud, a determinada deidad.
La técnica del sahumado se utiliza desde antaño para propiciar conexiones espirituales mediante el humo, para rituales y reuniones religiosas.